Silvana Boes – De Raíz a Cielo

La entropía del ascenso

La artista Silvana Boes presenta en la Galería del Paseo la muestra «De Raíz a Cielo, Donde todo comienza y todo vuelve», donde nos sumerge en un universo de abstracción en blanco y negro, en que las superficies se convierten en territorios abiertos a la imaginación. Con un enfoque matérico y una sensibilidad particular, la artista recurre a la carbonilla, al grafito y al acrílico, tejiendo un diálogo profundo entre lo tangible y lo intangible. Estas obras, que podrían remitir tanto a la escala íntima de un tejido orgánico como a la vastedad de una red neuronal, despliegan un juego de ambigüedades visuales que nos invitan a habitar lo incierto.

En palabras de la artista: «Cada obra es un viaje que nace de las raíces, en la tierra fértil de nuestra historia, de nuestra identidad, de aquello que nos sostiene. Desde ahí nos invita a mirar hacia arriba, hacia el cielo, hacia lo etéreo e ilimitado, donde los sueños toman forma y las aspiraciones se elevan.»
El blanco y negro, lejos de imponer una restricción, se revela como un campo propicio para explorar la sutileza de las transiciones y la contundencia de los contrastes. Las acuarelas fluyen como memorias líquidas, el grafito inscribe trazos de la conciencia y el acrílico aporta la materialidad densa que ancla la imagen en el mundo. Este uso de materiales diversos no es casual: en cada capa, en cada mancha, en cada trazo, la artista parece insinuar la existencia de un paisaje invisible, un ecosistema donde las formas emergen y se desvanecen al ritmo de su propia lógica interna.

Las composiciones de Silvana Boes funcionan como mapas abiertos, donde la percepción encuentra su propio derrotero. Los trazos lineales y las manchas acuosas se entrelazan, generando patrones que podrían leerse como células vistas a través de un microscopio o como redes digitales en plena expansión. Esta ambigüedad activa la mirada, convirtiendo cada obra en un umbral hacia lo desconocido. En un mundo donde las imágenes parecen agotarse en su inmediatez, Silvana Boes nos propone una pausa, un espacio para la deriva perceptiva, para el encuentro con lo que no tiene nombre.

A la propuesta de la artista se le pueden aplicar las mismas categorías que Rosalind Krauss evidenciaba sobre las obras “informes” de los surrealistas: “una desclasificación en todos los sentidos del término: en la separación entre espacio y tiempo (pulso); en los sistemas de mapeo espacial (horizontalización); en las cualidades de la materia (materialismo); en el orden estructural de los sistemas (entropía).” Estos vectores atraviesan las distintas obras de esta muestra donde un sentido de suspensión temporal, una materialidad sujeta a las raíces de la tierra y un ascenso de los sistemas creados por la artista en un universo a descubrir.

La exposición se presenta entonces como un laboratorio de sentidos, donde la abstracción no es un fin en sí mismo sino un medio para acceder a una nueva dimensión. Con su capacidad de transformar lo matérico en una proyección sensible, nos invita a cuestionar la naturaleza de lo que vemos y a explorar la frontera difusa entre lo natural y lo artificial. Así, cada obra se convierte en un nodo de conexiones posibles, en un organismo visual que crece en contacto con la mirada del otro, expandiendo su red de significados y revelando, tal vez, un nuevo orden poético de lo real.

Jacqueline Lacasa

Silvana Boes (Córdoba, Argentina 1972)

Graduada en Diseño Gráfico en 1992. Ese mismo año se radicó en Buenos Aires, donde profundizó sus estudios en Historia del Arte en el MNBA y asistió a talleres de reconocidos maestros como Luis Wells y Juan Doffo.
Vive y trabaja en Uruguay. Ha participado en exposiciones individuales y colectivas. En 2024, formó parte de la muestra Mujeres artistas en el Museo de Arte Contemporáneo Pablo Atchugarry (MACA), donde además una de sus obras pasó a integrar el acervo.